Aunque la mayor parte del
mercado de líneas alquiladas troncales se encuentra desregulado desde 2008, la CMT mantiene la regulación para las
10 rutas submarinas
que conectan la península con las islas y algunas islas entre sí: Cádiz
– Ceuta; Málaga – Melilla; Península – Canarias; Gran Canaria –
Fuerteventura; Gran Canaria – Lanzarote; Tenerife – La Palma; Tenerife –
La Gomera; Hierro – La Gomera; Mallorca – Menorca e Ibiza – Formentera.
El único modo que tienen los operadores alternativos para prestar
servicios de forma directa en los territorios insulares es a través de
los
cables submarinos de Telefónica, ya que el uso de
tecnologías como el satélite no sustituye de forma fiable la transmisión
por fibra óptica. Esta dependencia convierte al cable submarino en un
“cuello de botella” que afecta negativamente al desarrollo de la
competencia en los territorios que conectan. En este sentido, la CMT ha
comprobado que la cuota de mercado de Telefónica en banda ancha en estos
territorios es superior a la del resto del Estado: si en la Península
se sitúa en torno al 48%, en las Islas Canarias supera el 70% y en Ceuta
llega al 88%.